Si hemos despertado
ese aventurero que hay en ti, no puedes perderte este lugar escondido, al norte de Burgos,
junto al río Ebro, allí donde tuvo su origen el primitivo Condado de Castilla.
En el corazón del precioso valle de Manzanedo encontrarás el Monasterio de Rioseco.
Y es que cuando lo visites, tendrás la sensación de entrar en un lugar
lleno de misterios, un lugar que estuvo habitado durante siglos por los monjes blancos, de la
orden del Cister.
Cuando llegues
te sorprenderá encontrar un soberbio edificio en medio de la naturaleza más abrupta, en un entorno que
destaca por su belleza.
Es un lujo descubrir sus ruinas: el interior de la
iglesia gótica, la
sala capitular, el claustro de la hospedería, la
cilla y su entrada principal, aunque, sin lugar a dudas la estrella del monasterio es el
claustro de los monjes.
Su origen se remonta al año
1236 y entre sus muros llegaron a habitar
más de 100 personas, lo que nos indica la importancia que llegó a tener.
Con la llegada de las
tropas francesas y la desamortización, a finales del siglo XIX, los monjes tuvieron que marcharse, sus bienes fueron malvendidos, y el edificio expoliado en numerosas ocasiones.
Hasta hace unos años, los que alguna vez
nos habíamos arriesgado a entrar, pensábamos que su desaparición estaba próxima, pero por fortuna, su destino cambió en el año 2011, cuando un grupo de
voluntarios se propuso salvarlo.
¡Y
se obró el milagro!, porque poco a poco van desapareciendo las enredaderas, arbustos, árboles y
plantas que devoraban las ruinas, se retiran escombros, recolocan
piedras caídas y reconstruyen
muros, aunque todavía queda muuuuucho por hacer.
Gracias a los voluntarios se está recuperando, en parte, el monasterio.
Así que ahora para verlo, no hay que colarse con un machete, ni poner en riesgo tu vida. Ahora la entrada es
libre y gratuita durante
todo el año.
Pero si quieres conocerlo bien, lo que se dice bien,
durante todo el verano tendrás la suerte de tener
visitas guiadas gratuitas donde te descubrirán sus misterios, su historia y su reconstrucción.
Y si te animas a
ser parte de esa historia, tienes la posibilidad de ayudar a su reconstrucción como voluntario la primera semana del mes de agosto, durante la llamada
semana del voluntariado. Tú pones las ganas, el día y el horario, y si no te importa te llevas unos guantes y alguna herramienta.
Vive una experiencia única en Rioseco. Tú eliges versión: turista o voluntario
Información, historia, fotos, curiosidades y un poco de ayuda, si quieres, en la web
Salvemos Rioseco o ponte en contacto con ellos a través de su
correo electrónico.
¿Te apetece venir a ver nuestro patrimonio más oculto?. Tenemos mucho más que enseñarte, así que no olvides de pasarte por aquí de vez en cuando.
